Publicada la Guía práctica de comunicación, salud y calor
24/06/2025

El Observatorio de Salud y Cambio Climático del Gobierno de España ha presentado la ‘Guía práctica de comunicación. Salud y calor. Verano 2025’, un documento que busca aportar mejoras en la comunicación pública sobre los efectos del calor extremo en la salud, y promover conductas de autoprotección ante el cambio climático. La iniciativa está liderada desde los Ministerios de Sanidad, Transición Ecológica y Reto Demográfico, y Ciencia, Innovación y Universidades.
• Consulta la Guía completa.
El Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), desde su Unidad de Cambio Climático, Salud y Medio Ambiente Urbano, y desde su Unidad de Comunicación, ha colaborado activamente en la redacción de esta Guía, que ofrece herramientas y recomendaciones basadas en evidencia científica para que periodistas, comunicadores institucionales, personal sanitario y responsables públicos puedan trasladar mensajes más eficaces a la ciudadanía.
El ISCIII tiene una relevante implicación en el Observatorio de Salud y Cambio Climático. El OSCC, presentado en el Instituto a principios de 2024, es una iniciativa interministerial impulsada por los ministerios de Transición Ecológica y Reto Demográfico, Sanidad y Ciencia, Innovación y Universidades. Destaca por su composición transversal e interdisciplinar y aborda de manera transversal el impacto que el cambio climático tiene sobre la salud. Su Dirección Científica recae en los doctores Julio Díaz y Cristina Linares, científicos de la Escuela Nacional de Sanidad del ISCIII y responsables de la citada Unidad de Cambio Climático, Salud y Medio Ambiente Urbano.
El documento publicado esta semana se enmarca en el trabajo del OSCC para integrar la salud en la acción climática, y supone un nuevo paso hacia una comunicación pública más eficaz, empática y basada en ciencia que refuerce la resiliencia frente al aumento de olas de calor que ya está afectando al conjunto de la población, especialmente a personas mayores, con enfermedades crónicas o en situación de vulnerabilidad social. La guía aporta herramientas basadas en evidencia para trasladar mensajes claros, útiles y coherentes que contribuyan a prevenir impactos sobre la salud, fomentando una sociedad más preparada y resiliente ante el calor extremo.
Ciencia desde el ISCIII
El trabajo científico y técnico del ISCIII se refleja en el trabajo del OSCC y en los contenidos de esta Guía, que explica de manera divulgativa algunas de las conclusiones de estudios llevados a cabo desde la Unidad de Cambio Climático, Salud y Medio Ambiente Urbano. Por ejemplo, la evidencia demuestra que los ingresos hospitalarios se incrementan hasta un 10% durante los episodios de altas temperaturas, y que afectan especialmente a mayores, personas con enfermedades crónicas y colectivos vulnerables.
También se cita la importancia de analizar múltiples factores que influyen en cómo una ola de calor puede afectar a la salud de las personas, que van más allá de los valores que alcance la temperatura máxima diaria, es decir, de la intensidad de la ola de calor.
Mientras la definición meteorológica de ola de calor se basa en series climatológicas basadas en percentiles de temperatura, duración e intensidad, la definición en salud relacionada con la mortalidad asociada es más amplia: incluye igualmente las temperaturas registradas y su intensidad, pero también otras cuestiones como las características demográficas de la población, el nivel de renta, los aspectos socioeconómicos, la vulnerabilidad social, la calidad de la vivienda, las infraestructuras urbanas y la existencia o no de zonas verdes, entre otras.
Alertas Meteosalud
En línea con estas conclusiones basadas en investigaciones del ISCIII, la Guía dedica parte de su contenido a explicar cómo trabaja el sistema de alertas Meteosalud, especialmente diseñado para valorar el riesgo del calor en función de la salud, y no solo del dato meteorológico. Su finalidad es informar a la ciudadanía sobre el riesgo que suponen las altas temperaturas para la salud, especialmente en aquellas situaciones en las que el calor alcanza niveles peligrosos durante uno o varios días consecutivos, con avisos específicamente diseñados para advertir sobre riesgos sanitarios. Los umbrales de riesgo se establecen a partir de análisis estadísticos que relacionan temperatura y mortalidad por zonas isoclimáticas.
En definitiva, el documento recoge estrategias para fomentar la adaptación individual y colectiva mediante una comunicación clara, creíble y adaptada a los distintos públicos, subrayando la importancia de diversas cuestiones:
• Enmarcar los mensajes en términos de alto riesgo y alta eficacia, promoviendo comportamientos sencillos y efectivos como hidratarse con frecuencia o evitar la exposición en horas de máximo calor.
• Adaptar los mensajes a los distintos perfiles de vulnerabilidad, teniendo en cuenta factores sociales, económicos y territoriales.
• Elegir adecuadamente el tono y los recursos visuales, evitando imágenes que refuercen la idea de disfrute sin riesgos.
• Utilizar fuentes confiables como personal sanitario, meteorólogos o científicas/os para aumentar la credibilidad de los mensajes.
Más información:
• Guía práctica de comunicación. Salud y calor. Verano 2025.
• Observatorio de Salud y Cambio Climático
• Dos investigadores del ISCIII, coordinadores científicos del OSCC